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Nevares

SOCIEDAD MUY ANONIMA.

SOCIEDAD MUY ANONIMA.

Unos empujan mi poesía para allá;

otros, para acá.

Y tú, a vces, mi amor,

me dejas en la línea negra del ómnibus.

Suda como jalapa mi jaiba nortina

dentro del Quijote de esa mancha

que ni con cloro ni con perlina me he podido arrancar.

Lo que sé últimamente, es que tengo que producir

ojalá unos huevos cuadrados celestes, que se vendan

a buen precio en los museos, en el mercado.

Pero, ya ves, ni ese amigo internacional mío,

de tantas polvorientas calles tardes lentas,

me quiso ayudar en mis ayunos.

Me entra el pánico del primer capítulo de la sangre en que escribo.

Se me llenan de aire malsano los ventrículos

y en mis sopas acuarteladas de cada martes, se asoman

hasta las viejas momias del padre Le Paige.

 

Me desgasta y desgasta esa ciudad que ahora no vivo en ella

y me chañaralea la pálida distancia,

el pimiento incaico que llevo atado al rubor,

¡oh geiser helado en que estornuda la tarde!

Más liviano que nunca de mis llamas, de mis alpacas,

radiante la fibra védica, ventana acristianada sin mar,

sin embrague, lo veo todo, como el ojo redondo de Dios.

Sólo que tú insistes en dejarme sobre la línea negra del ómnibus.

Sólo que tengo que vender y venderme, y volver a vender en esta sociedad muy anónima

( recién lo descubro ),

para volver a ser.

 

 

Autor: Julián Rojas.

Derechos Reservados de Autor bajo responsabilidad del mismo.

 

 

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