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Nevares

TODOS LOS HORIZONTES DE LA TIERRA.

TODOS LOS HORIZONTES DE LA TIERRA.

¿Tienen una mirada de abuela o de niñas las aguas?

¿Alguien sabe cuándo cumple años el cielo?

 

Es tanto tu amor, Dios mío, que me bastan

la sombra de tu iglesia y la dulzura de tu silencio.

 

Pero en mi medida de hombre, muchacha mía,

cuando no vienes a verme,

son todos los horizontes de la tierra

los que me dan las espaldas.

 

Estoy más solo que un caballo durmiendo bajo una manta de diarios viejos.

Tan solo como las sillas, como las mesas cuando han cerrado la taberna

y se queda ciego el vino para siempre.

 

Ganas de abrazarte como los árboles al estirar sus brazos al viento que se marcha

a recoger las hojas de otras vendimias.

Si existiera la justicia, estarías a mi lado

como este corazón de niño que jamás me abandona.

 

Las ropas cuelgan, secándose en los hilos de mi pieza;

como piezas dentales cuelgan de una boca que ya no traga.

Estoy lleno de metales

que alguna vez formaron parte de una maquinaria.

Una locomotora a carbón, algún barco lisiado.

Mi corazón, al egresar del colegio, no tuvo más trabajo que el de contenerte a ti. Y ahora vaga,

ahogándose en su propia sangre.

 

Si nadie sabe la edad del cielo

ni con qué ojos miran las aguas la eternidad,

es lo mismo que todo esté muerto

o dormido.

Que Dios mismo sea sólo un largo silencio

o el murmullo lejano del mar que no escuchamos.

Que tus pasos regresen cuando creo que vienen a buscarme.

Que el caballo sea analfabeto bajo el frío del invierno.

 

Hay cosas, noticias tan tristes

que no vale ya la pena escucharlas.

 

 

Autor: Julián Rojas.

Derechos Reservados de Autor bajo responsabilidad del mismo.

 

1 comentario

liliana -

Amor que se funde en una promesa vana...