Blogia
Nevares

EN BOCA CERRADA NO ENTRAN VOCALES.

EN BOCA CERRADA NO ENTRAN VOCALES.

AEIOU, todas las vocales reunidas

en un mitin de gritos,

como las raspaduras de hierro en torno al imán.

Bisagra de la lengua es la vocal.

La boca misma de una mina inagotable de e-lecciones eternas;

la entrada a la mosca abismante del vuelo,

zumbadora de infinito, i, o

al palacio del hambre,

a la casa del terror,

pero de esas ferias rodantes, pobres, ¡pobres!

 

Los locos, los suicidas del pincel,

los poetas

andan sueltos dentro de la jaula,

y desde lejos, o muy cerca, sube un olor a establo,

a nuez podrida, a manzana de Adán.

 

AEIOU! Al pronunciarlas juntas

en el grito unicorde,

suenan a amarillo,

a arcoiris descompuesto, incompleto.

Hay que entenderlas en las heces del sibarita,

en las erres del runrún, en la T del tóxico fermentado.

AEIOU! El esternón rojo de la fragua

donde se arma el pálpito de la guitarra,

sus dedos a veces deicidas

pulsando en las cuerdas, que también son cinco,

un Getsemaní de lágrimas,

y, sin embargo, españolísimo, andaluz a redundancia.

 

La A del amor sanforizado que se nos promete

que no arruga ni encoge.

¡Dios nos pille confesados!

La E de la eternidad, del éter,

encendida en las raíces de la gramática

y que tanto nos cuesta comprender a-ve-ces.

La I de la ilusión, de esa luz que a ratos oscurece,

hilamento de hermanitos huérfanos de hogar.

La O, ataúd redondo, ofrenda robada al olvido

de todos estos años puercos, pueriles.

Y, finalmente, la U.

Que cuando no campeona, desciende a segunda división.

La copa en que se bebe el adiós.

 

El insecticida despabila a las pulgas de los sentidos

y las mantiene alertas, energizadas.

¡Qué hubiera sido de ellas sin ese tónico que idearon

las fábricas asesinas de la salud humana!

 

Las vocales están colgadas del murciélago,

boca arriba, en la oscuridad de un paraguas repulsivo.

Y no hay más.

Las vocales entran en las palabras como una locomotora

al carbón del túnel,

mientras duermo aeioú

con mi píldora de fabricar sueño bajo la lengua traspuesta,

española.

 

 

Autor: Julián Rojas.

Derechos de Autor Reservados bajo responsabilidad del mismo.

0 comentarios