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Nevares

A LA SOMBRA DEL TROMPO VA GIRANDO EL TIEMPO.

A LA SOMBRA DEL TROMPO VA GIRANDO EL TIEMPO.

Todavía no logro despejar el círculo de rostros desconocidos

que son como un bosque de piedra a nuestro alrededor,

humedecido por las sombras de las grandes acacias.

Y en vez de la llave musical de tu sí, suena una gotera interminable en mi mente.

Yo no soy el gásfiter, niña mía; ni mucho menos, el gángster que lo resuelva todo.

Apenas un muchacho que tomó el lápiz para dibujarte.

 

Han surgido cercas nuevas en tus dominios

y se mueren mis años contando las ovejas que saltan enmascaradas tus vallados.

Pues, en ese mitin de pastores anónimos, lectores de la Arcadia Feliz,

no me dejan entrar; no me reconocen como a un socio.

Yo sólo asisto al espectáculo gozoso de la miel

que en cada atardecer ellos se llevan a sus labios.

 

Registro las mareas que va marcando en la pared de mi estar

el tiempo que se marcha viejo y retorna joven.

La decrepitud del calendario donde mueren

como trapos roñosos las mariposas.

El coro fosforescente de las libélulas

y todos, y cada uno de los incendios imaginarios.

 

Y siento en ese abrazo que me das

el temor de cómo lo voy a pagar después, aislándome,

deviniendo cada día en un ser extraño.

Que me miraré en el espejo sin reconocerme a mí mismo.

Si ya me pregunto de quién son estas ropas, de quién estos zapatos;

qué hago aquí con estas manos ajenas. Como un bicho negro entre las abejas rubias.

 

Debo estar ya muerto, y en mi ceguera de vida recuerdo

el vuelo que me enseñaron cuando muchacho.

La vuelta del aro por los caminos terrosos. Mi cabeza despeinada por el viento.

La ebriedad de colores del trompo de madera,

cucarro y extraño con su hierro, como yo mismo me vuelco en tu vida

...incendiando círculos de nostalgia.

 

 

Autor: Julián Rojas.

Derechos Reservados de Autor bajo responsabilidad del mismo.

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