Blogia
Nevares

EL JOKER DEL NAIPE.

EL JOKER DEL NAIPE.

La casa del joker del naipe es demasiado original,

para envidia de los bufones no profesionales.

Aunque cree en Jesús como el hermano mayor,

como el paladín de las injusticias, su recámara carece de calefacción.

Se protege del frío otoñal bajo el rumor

de las hojas que han perdido la memoria en los parques.

 

No se sabe si fue expulsado del sindicato

o si huyó, naturalmente, aprovechando una extraña ráfaga de violines,

y cansado de los depredadores de su carne.

Como sus botas quedaron prisioneras en su casa del Norte,

no puede rehacer la dura estepa ( y esto no es un chiste, aunque lo parece )

que cruza desde las orejas hasta las sienes.

 

¡Pobre joker! No sabe otra palabra que decir que sí a todo

en el idioma formal de la nieve, en la lengua del rayo, y hasta en cosaco.

La cara del joker tiene la extraña particularidad

de ser como el molde de todos los hombres, recién salidos de la fábrica,

un poco antes de serles conferidas sus propias identidades

y, después ¡claro! del pecado original.

 

Toda luz lo confunde. En todo cauce cree ver a su madre muerta.

Y toda hebra de lana le recuerda a sus primas lejanas.

Entre sonatas y despedidas de soltero. Entre tormentas y atardeceres de barro,

sobre el paño perfecto de la mesa real, es tambor y patria,

sonajero, timbal reluciente.

Nadie puede calcularle la edad, a riesgo de perder su vida.

Su cercanía tiene sólo dos dimensiones: el grito del júbilo y el del desengaño.

 

Lo encontraréis en la pulgada de madera, en el pelo de la causalidad

en que cada quien escapa de su muerte.

En la mitad del pescuezo del caballo ganador. En la centésima

que separa a los atletas de la gloria o del fracaso.

En el doping positivo que acaba de arrojar el rojo de la bandera.

En el viento excesivo que invalida el récor de la carrera.

 

 

Autor: Julián Rojas.

Derechos Reservados de Autor bajo responsabilidad del mismo.

 

 

0 comentarios