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Nevares

AMARILLO.

AMARILLO.

Amarillo....

Amarillo del sol.

Amarillo del borde de una taza percudida.

Amarillo del tiempo que bosteza en el campo

y destiñe los lirios salvajes.

De un anillo perdido que has buscado tanto tiempo,

con llanto en tu alma,

y que fue robado por otras manos.

Amarillo de aquel vacío que penará en tus alforjas para siempre.

 

Amarillo del calendario, del reloj de bolsillo,

del astrolabio;

de la dentadura del caballo.

De aquel aniversario...que no sé

por qué razón ya no celebramos.

Amarillo que se detiene en el corazón, ciertas tardes frías, como hoy,

¡ay! enmascaradas de grises.

 

Porque ya todo parece hecho de huesos quebradizos,

arrepentidos,

arqueados,

como si fueran a disparar las flechas del disgusto,

del tedio, del desamor.

Amarillo de una bandera que

nadie sabe a qué país pertenece.

 

Son sensaciones, más que colores, que me rondan,

ondulantes.

Como si alguien hubiera creado otro universo.

Otros planos de la realidad, donde estamos atados y condenados.

Y los párpados obedecen a esos signos.

Y los ojos ya no se deleitan con la naturaleza.

El rojo del entusiasmo anda perdido

y las novedades se acobardan bajo las uñas.

 

Todos se refugian en sus nombres.

Todo tiene un precio tan exacto,

que llega a dar asco.

Juntamos entusiasmo hasta para poder abrazarnos.

Para romper la cáscara dura de los silencios.

Un día, las sombras huirán de nuestros cuerpos

dando gritos de pavor.

La luna se caerá desde lo alto.

Y el sol dejará de ser redondo.

 

Autor: Julián Rojas.

Derechos Reservados de Autor bajo responsabilidad del mismo.

 

 

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