¡¡¡GUAUUU!!!

La lengua, originalmente, era una serpiente
que no alcanzó a ser tragada por el primer alumno,
en cuanto sonó la campana para salir a recreo,
fueron creados la estampida y el chillido, al mismo tiempo
que los vendedores de turrón, tras los barrotes.
Ya las calles del Paraíso estaban llenas de parquímetros
y tomadas a la fuerza por los cuidadores de automóviles ( todos chilenos ),
doscientos mil años antes del advenimiento
de estos fatales juguetes de caucho, plástico y metal.
Pasando a otro tema, para no aburrirlos,
nos alumbraríamos con la luz de los tomates, si fueran transparentes,
si fueran más valientes y francos, como nuestros actuales legisladores.
Cuando me lanzo al mar, temo
que el océano cierre sus brazos y no me reciba,
o que, en tanto tiempo transcurrido, me haya olvidado de nadar.
Que se hundan las olas como los sumergibles
bajo el peso de mis abismos.
Se manchan de sangre todas las cosas, como en la primera mañana,
cuando no sabían ellas qué eran y para qué servían.
El aire se ahogaba entonces al ser respirado
y sonaba en las narices de los hombres
como una cañería llena de moho.
Dios tuvo que atajar las primeras noches
para que no pasaran de largo manchando los días,
y después borró diligentemente el pizarrón de sus cálculos matemáticos,
antes que el hombre aprendiera a leer, acuciado por el Diablo.
Esta manera que tengo de esperarte sentado al fondo de los siglos,
mientras te demoras una eternidad, como Eva, en peinar tus cabellos.
Y la tierra cabecea de sueño
al dar la vuelta a la esquina más remota, como un trompo.
Este silencio que adelgaza mi suspiro
sin necesidad de gastar dinero en gimnasios.
¿Todavía pertenezco al equipo titular de tus hinchas
o seguiré haciendo banca eternamente?
No soporto el tamaño de los retratos
ni los latidos del reloj a estas altas horas de la madrugada,
cuando hasta los murciélagos se mueren de sueño.
Dios mío, van a ser las dos,
yo que le prometí a ella toda la fidelidad
del disco y del fonógrafo,
y estoy desnudo bajo mis máscaras para lograr bucear.
Que no me vaya a equivocar de dirección
ni de puerta ni de escalera
al huir del incendio de tantas tentaciones.
Permíteme, eso sí, ganar un sueldo más elevado
para alcanzar a oír el canto de los pájaros .
¡¡¡Guauuu!!!
Si ya me condenaron a no ser poeta,
necesito aprender urgentemente a ladrar como un perro
para ganarme los peniques en alguna feria.
¿Cómo es que lo eterno alcanza a salvarse en el momento en que agonizamos?
Lo eterno es como un capitán al revés:
nos hunde a todos en su barco mientras él se salva.
¿Será que Dios tiene miedo de ahogarse?
No es la verdad.
Todo se debe a que estoy solo y que es tarde.
Que tengo un agujero enorme en el zapato,
que ya asoma en mi fe.
Que la playa no está donde debiera estar,
ni para desembarcar ni para el abordaje,
y se satura el aire de las sulfurosas astillas de la realidad.
El sueño es como estar borrachos sin haber bebido nunca
sino del vuelo de las mariposas nocturnas,
y la muerte, es como una enorme viña morada.
Autor: Julán Rojas.
Derechos Reservados de Autor bajo responsabilidad del mismo.
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