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Nevares

NO VENDRAS SINO TARDE, SI VIENES.

NO VENDRAS SINO TARDE, SI VIENES.

No vendrás sino tarde, si vienes,

a cosechar los retratos maduros de la pared,

que ya no tendrán quien los limpie

ni a la sombra de qué cuerpo descansar del sol.

Te asegurarás de que así sea, llamándome antes,

y cierta de que no responderá el teléfono

con su frío monóculo de silencios.

Entonces, avara o curiosa, buscarás entre los detalles

la pequeñez insigne de los alfileres,

las motas desprendidas de mi ropa,

los ecos de mi voz que por allí quedaron

circulando inválidos.

 

Querrás borrarlo todo, como la anti-historia:

el latido de los relojes sin sus cuerdas,

el paso fugaz del tiempo sobre tus ojos adormecidos,

las mentiras que esmaltaron los vidrios de la ventana,

el remolino feroz de lo que nunca se dijo

y las fórmulas químicas del vacío.

Disolviendo los recuerdos en un conjuro

¡oh si se pudiera! ¡Si fuese así de fácil, contra el carmín de tus labios

y el de la aurora!

 

No sé qué harás con mi almohada que ya no respira.

La romperás con la furia de tu celo,

convirtiéndola de nuevo en tela y en plumas.

No develará ningún secreto el sopor de la mañana,

cuando hurgues con tus uñas largas entre mis cosas.

Ni menos el silencio que me llevé hace horas,

goloso,

a mi descanso eterno, para mí solo.

 

Darás la última mirada al torbellino del instante,

y cuando salgas,

estarás más vacía y más blanca que nunca,

como los carruseles sin niños, cuando llueve.

Extraña, como siempre te sentiste.

Demasiado diáfana ya

para mi barro exiguo.

Descalza de pies a cabeza.

 

Siempre por encima de mis hombros,

sólo tu vida real era más pequeña que mi palabra,

pero inaccesible.

Discutíamos,

si existen los tréboles de cuatro hojas,

sobre quién se moriría primero.

Discutíamos,,,,en vez de besarnos,

¡oh tierra tierna y roja, y nunca mía!

Y ahora estás temblando por el resultado.

 

Tan bella, como el vestido que te has puesto.

 

Y mientras yo me estiro

a todo lo largo del destino, con los pies fríos,

entre las sombras elásticas,,,,

sin saber si vendrás a visitarme,

si sólo mi pieza itinerante será tu parada,

curiosa, prosaica tú,

limando tus uñas conventuales,

pensarás qué hacer a la hora del almuerzo.

 

 

Autor: Julián Rojas ( Héctor Cordero Vitaglic )

Derechos Reservados de Autor bajo responsabilidad del mismo.

 

 

 

 

 

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