ANECDOTA DE UN HOMBRE COMUN.

Desde las pitas colgantes
encima de mi cabeza
mis ropas recién lavadas se asoman húmedas
calzoncillos sábanas pañuelos camisas
como el aura extendida de mi cuerpo
Estamos los dos sin piel
estamos tumbados de afectos en la resaca
esperando que se seque el día
pero la jornada se pinta de gris
He almorzado una papa grande cocida
con choricillos
un café pensativo
y luego un cigarro que se eleva
como plegaria levitando en mis dedos
Todo es vertical
Se han perdido las líneas rectas
la perspectiva de qué haré más tarde
y estoy por el momento barco somnoliento varado
un cuarto para las dos de la tarde
Sale un pedacito de sol
que atraviesa como una lanza la ventana
abrigándome la mano con que escribo
y el verso prosa se vuelve más rápido
Este es un monumento sencillo al ser común
Tenedlo en cuenta
Atravesado
equilibrándome en el umbral de la luz
una cana asomándose en mi ceja
en el instante mismo
de ser tragado por el anonimato
Autor: Julián Rojas
Derechos Reservados de Autor bajo responsabilidad del mismo
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