ME BAILA EL ANILLO EN EL DEDO.

Estas palabras vienen del otro lado del papel
como de una sien abandonada
latiendo sin la premura de la arteria
y sin duda alteradas por la lente del olvido
Tanta soledad tanta
como para que el anillo baile solo en el dedo
famélico metal amarillo
Y vienen traspuestas de emoción
recién despeinadas por la mañana fría de algodones
Vienen como la promesa de amor entregada en la escuela primaria
-de eso hace como sesenta años-
cuando sí que era magnífico el sol gallardo el gallo
cálido y crujiente el pan de los desayunos
abierta en dos hojas maternales la sonrisa
por donde veíamos entrar los gloriosos barcos
cargados de horizontes a la bahía natal
Triunfos y más triunfos dorados azules
que después derrotarían para siempre los años
Estas palabras vienen del otro lado del papel
recién dada vuelta la esquina donde tropezamos fatalmente
enfermos nuestros ojos ahora de un exceso de tinta
de alguna anomalía de la córnea
mientras circula el aire decididamente enfermo
con palpitaciones anómalas del hígado
El traje blanco de la promesa -aunque sigue siendo fiel- está todo agusanado
negro de sus encajes y puños deshechos sus almidones
apolillado en el fondo del closet
Y mientras escribo todo esto me baila el anillo en el dedo
el amarillo de la soledad inunda la mañana
y estoy nadando como el salmón en contra de la mirada aterrada
y de la marejada inexorable de las horas
y de la fuerza descomunal del río humano
Autor: Julián Rojas.
Derechos Reservados de Autor bajo responsabilidad del mismo.
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