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POETA INVITADO: ANDRÉS SABELLA.

POETA INVITADO: ANDRÉS SABELLA.

ANDRES SABELLA GÁLVEZ.

Con motivo de ser este año el centenario de su nacimiento, múltiples homenajes se le rinden al gran poeta nortino, hermano mayor de nuestras letras, y que fue varias veces candidato al Premio Nacional de Literatura: artículos periodísticos, libros y recordatorios en vivo.

SABELLA fue un hombre múltiple: profesor en la Universidad Católica del Norte, periodista de fina pero cáustica pluma (cuando debía serlo), escritor, poeta, Hermano de la Costa en todos sus "zafarranchos", "caletas" y "mesones", columnista por décadas en el periódico El Mercurio de Antofagasta, a través de su columna "Linterna de Papel", prologuista de innumerables obras literarias, jurado de casi todos los concursos literarios, desde los años cincuenta  hasta su muerte, en 1989 (Iquique), y editor de una revista literaria llamada Colecciones HACIA, la Tierra, el Hombre y la Poesía; pero si hay una sola palabra que pueda definir mejor su semblanza de hombre, esta es la palabra PAZ. Fue autor de más de medio centenar de obras escritas, entre ellas: La sangre y sus estatuas; Chile, fértil provincia; Pueblo del Salar Grande; Poemas de la ciudad donde el sol canta desnudo; Cetro de bufón; la antología Hombre de cuatro rumbos, etc.

Este blog se suma a los justos homenajes al maestro. En su generosidad, Sabella prologó mis dos primeros libros: El jardín de las sombras y Cigarra!

Era un hombre esencialmente cabal en todas sus latitudes y meridianos. Un poeta cercano a la gente; puesto que su casa, en calle Uribe 666 (curiosamente, los números de la Bestia), siempre estuvo abierta no sólo a poetas y escritores, también a las urgencias de las tareas de los estudiantes.

 

DOMINGO EN LA BAHÍA DE NUESTRA SEÑORA.

                                 A Nibaldo Mardones y Juan Luis Sierra Aguilera.

                                 (del libro Hombre de cuatro rumbos)

 

Del opaco gemir de sus gaviotas

cae a Taltal la tarde forastera.

Taltal es una historia de madera

donde el tiempo olvidó sus viejas botas.

 

Una luz de venturas ya remotas

le entristece la sangre calichera:

se acuna el oro en una calavera...

¡En qué asfixias de horror, Taltal, te agotas!

 

Por el perdido brazo de Moreno,

el de tus "rotos" floreció bravío:

labrada fuiste en corazón humano.

 

De las alhajas de tu mar sereno

hasta los cerros de mentón sombrío,

"El Manco" siembra el rayo de su mano!

 

ANTOFAGASTA.

 

Antofagasta principia en una huella,

donde el sol fue la vívida simiente:

Antofagasta guarda entre su frente

levadura de océanos y estrella.

 

Lar de sangre y sudores en querella,

de la ambición del hombre es confidente:

todo aquí tiene pulso de torrente,

¡su historia, como un cántico, destella!

 

¡Oh, ciudad del Reloj de los Ingleses,

del Ancla augusta y La Portada recia,

rotunda de metales y de peces!

 

Eres un nido lleno de futuro:

te ama el viento, la vastedad te aprecia,

porque en ti lo esencial está maduro!

 

CANTATA ESCONDIDA EN UN CACHARRO.

 

Bebo el agua de Toconce

y en el agua bebo Tiempo;

la distancia, también, bebo,

llena de sombras y brotes.

 

Bebo el agua de Toconce

para beber los secretos

de lo próximo y lo lejos

del Ande - raíz de cobre.

 

Bebo el agua de Toconce

y bebiéndola renuevo

esa luna que en mis huesos

va muriendo a borbotones.

 

Autor de la selección y notas: Héctor Cordero Vitaglic.

Derechos Reservados del Autor de los poemas pertenecen a la Corporación Cultural Andrés Sabella G., de Antofagasta.

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