DOCE CAMPANADAS

Suenan doce campanadas junto al río.
El tiempo, matemática pura,
huye de la vejez oprobiosa del reloj.
La vida se echa a volar en un reguero de plumas,
con todas sus ternuras, con todas sus torturas,
y desde el corazón de una viuda,
cual si fuese un torreón sombrío.
En el lago, saltan,
estremecidos,
unos peces de plata.
Los cipreses cantan letanías
que el rumor del viento vuelve más amargas.
Tras los ventanales amarillos,
la mayoría duerme,
algunos gozan,
...otros expiran.
Y yo, el vidente de todos,
el guardián de sus sentimientos
apenas alcanzo a garrapatear estos versos impares
que hablan de amor y de abandono,
de muerte y de maravillas.
Autor: Julián Rojas.
Derechos Reservados de Autor
bajo la responsabilidad del mismo.
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