EL DIA ESTALLA

Otros dos ojos me miran en la pared:
el reflejo de mi rostro en tu retrato.
¿Quién ataja al incendiario
para quien es sólo un carnaval enmascarado el nuevo día?
Basta que su sombra roce los alhelíes, y estallan.
Corren los horizontes al destete de la aurora
impulsados como los delfines sobre las olas.
Quisiera ir a verlos, pero me quedo a tu lado para crecer
y ponerme a la altura de tus cabellos, que me han aventajado.
Algo frío se desliza por mi frente:
debe ser la madurez que recién me florece.
Cuando pronuncio tu nombre comienzan a desatarse
los nudos de las hiedras en los muros.
Los niños están más cerca que nosotros de la magia.
Pero, abstraídos en sus juegos,
son demasiado jóvenes para recordarlo.
Hasta la ceniza tiene que disfrazarse a su lado.
La ceniza, que todavía tiene el grito del incendio
quemándole los labios.
Y cerrada como está, la esfera del reloj
nos impide a todos ver nada de lo que ocurre al otro lado.
A través de los años avanza a ciegas nuestra edad.
Autor: Julián Rojas.
Derechos Reservados de Autor
bajo responsabilidad del mismo.
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