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LA NATURALEZA ES FUERTE, SABIA, SENCILLA.

LA NATURALEZA ES FUERTE, SABIA, SENCILLA.

La naturaleza es fuerte sabia sencilla

como el cristal de una palabra

como la palabra mamá por ejemplo

que ha durado tanto como el sol

Que ha pasado como una ola por encima

de la sangre la distancia y el olvido

 

Muerta la madre de uno

así todavía sigue porfiada tenaz trenzada al alcance

como el filo de una hoja dorada bajo el rocío

con sus brazos abiertos en flor

La madre está haciendo océano cielo limpieza cocina

y dándose maña de adornar con clarines la soledad

 

Un ramito de soles como de ojos amarillos al interior

ilumina su silencio iluminado

aunque su seno sea una tumba

profunda de diecisiete años

¡tan hermosa y tan niña está

que si no fuera mi madre...me enamoraría de ella!

 

O mejor  la llevaría de la mano

a conocer de nuevo a mi padre

urgiéndolos a que se amen para que pueda nacer yo..y mis hermanos

Iría como un tigre vigilando todos los esconces del camino

para que no le pasara nada

Y sólo cerraría los ojos  llenos de pudor  en el momento del parto

 

Mamá: te fuiste un día lluvioso de septiembre

y no alcancé a decirte estas cosas que sé que ahora me estás escuchando

desde el límite inmediato de una flor

Oh qué poderío el de la naturaleza

con todas sus baterías germinales

Hace madres haciendo

multitudes de pensamientos

imperios de fe y razón

 

Prolongándose ella misma en su vestido de novia

hasta el infinito frágil lábil

o de hoja en hoja

por lo transitivo del eterno presente

pero

siempre de septiembre en septiembre

 

Autor: Julián Rojas

Derechos Reservados de Autor bajo responsabilidad del mismo.

 

 

ANECDOTA DE UN HOMBRE COMUN.

ANECDOTA DE UN HOMBRE COMUN.

Desde las pitas colgantes

encima de mi cabeza

mis ropas recién lavadas se asoman húmedas

calzoncillos sábanas pañuelos camisas

como el aura extendida de mi cuerpo

 

Estamos los dos sin piel

estamos tumbados de afectos en la resaca

esperando que se seque el día

pero la jornada se pinta de gris

He almorzado una papa grande cocida

con choricillos

un café pensativo

y luego un cigarro que se eleva

como plegaria levitando en mis dedos

 

Todo es vertical

Se han perdido las líneas rectas

la perspectiva de qué haré más tarde

y estoy por el momento barco somnoliento varado

un cuarto para las dos de la tarde

 

Sale un pedacito de sol

que atraviesa como una lanza la ventana

abrigándome la mano con que escribo

y el verso prosa se vuelve más rápido

Este es un monumento sencillo al ser común

Tenedlo en cuenta

 

Atravesado

equilibrándome en el umbral de la luz

una cana asomándose en mi ceja

en el instante mismo

de ser tragado por el anonimato

 

 

Autor: Julián Rojas

Derechos Reservados de Autor bajo responsabilidad del mismo

 

 

 

 

 

DE ESTRELLAS Y FANTASMAS.

DE ESTRELLAS Y FANTASMAS.

Como reaparecen las hojas muy de mañana

como fantasmas entre los árboles

despierta temprano en mi conciencia tu recuerdo

 

Son igual de bellas tus formas ahora fugadas

tiernas a veces Otras tan profundas

pero mal gobernadas bajo el influjo de la Luna

Y no es que te broten manchas que ensombrezcan tu rostro

sino el trato que me das áspero de dueña de fundo

 

Más atrás como a cien kilómetros de este escenario

se suicidan las olas de plata

cuando ya no se decidieron a cantar

y aquí junto al campo renuncian también los panales de abejas

Nada ni nadie quiere abrirse porque tú te niegas

La gente para salir tendrá que pasar por debajo de las puertas

o a través del agujero de las cerraduras

 

Se descorcelan los caballos como si la luz huyera de sus ojos

Se desordenan los cabellos a pesar de los cepillos

Las limosnas vuelven violentamente

desde la boca de los pobres al bolsillo de los ricos

Y no digo que sólo la Luna tenga culpa de esta desgracia

Que tus manchas que no son... Que tu recuerdo mustio muy de mañana...

Que tu amor que ya no pare criaturas lindas...

En verdad no lo sé exactamente

Como tampoco saben las campanadas cuando doblan

dónde acaban el dolor el cementerio

y comienzan los asuntos propiamente de la Vida

 

Son los fantasmas los tuyos y los míos y los nuestros juntos

los que desordenan todo este dulce caos

hasta el loco ladrido de los zorros y los perros

Son los escopetazos que se te escapan del alma

y tienen todo agujereado el cielo y las paredes de mi cuarto

No puedo dormir con los cadáveres de las estrellas

además de tus fantasmas

dando vueltas arriba de mi cabeza

 

 

Autor: Julián Rojas ( Héctor Cordero Vitaglic )

Derechos Reservados de Autor bajo responsabilidad del mismo

HAN PASADO TANTAS COSAS.

HAN PASADO TANTAS COSAS.

En memoria de mi querido primo-hermano

Raúl Vitalic Olivares ( Q.E.P.D. )

 

Han pasado tantas cosas:

la muerte de Raúl,

los agujeros que ahora tiene el aire,

un violín quejándose, abandonado en la oscuridad

y un ratón que duda de su existencia

aun al contemplarse en el espejo.

La tristeza solemne del pan, hecho de infinitas migas,

...y mis manos mustias de una sola pieza.

 

Pero han pasado como los carros del ferrocarríl

( cuando todavía existían los trenes ),

como hileras de hormigas han pasado,

negras, candentes, occipitales,

como las lágrimas del hierro colado

condenadas a la eternidad de las formas.

Y estas líneas de mis palmas

que escribo como mis memorias.

 

Han pasado abejas ya sin miel.

Han pasado a la historia mucho de mis hermanos.

Países enteros pasaron de moda

y mañana no figurarán en los mapas.

Y cada día me levanto y aprendo a caminar, a respirar;

aprendo a leer y a comer, como un canario nuevo. Y bato mis alas.

Y busco en la agenda mi nombre, mi número de carnet.

Mis huellas dactilares.

 

Mis viajes, mis dos rodillas, mis dudas llenas de botellas.

Mis verdes rojos y mis rojos más amarillos que nunca.

Miles de soles que han azotado mis espaldas.

Y Raúl ha muerto de nuevo en cuanto lo supe

y volvió a morir cuando otros recién se enteraron;

y así seguirá muriendo hasta la eternidad

por cada lágrima,

hasta que los ojos se nos sequen de la tremenda novedad.

 

Nos vamos. Y aunque sea conocido el chiste,

el último apagará la luz. Cerrará las cortinas.

El escenario volverá a ser puro como el Paraíso.

Ya no tendrá ningún olor humano.

 

Autor: Julián Rojas ( Héctor Cordero V. )

Derechos Reservados de Autor bajo responsabilidad del mismo.

AMARILLO.

AMARILLO.

Amarillo....

Amarillo del sol.

Amarillo del borde de una taza percudida.

Amarillo del tiempo que bosteza en el campo

y destiñe los lirios salvajes.

De un anillo perdido que has buscado tanto tiempo,

con llanto en tu alma,

y que fue robado por otras manos.

Amarillo de aquel vacío que penará en tus alforjas para siempre.

 

Amarillo del calendario, del reloj de bolsillo,

del astrolabio;

de la dentadura del caballo.

De aquel aniversario...que no sé

por qué razón ya no celebramos.

Amarillo que se detiene en el corazón, ciertas tardes frías, como hoy,

¡ay! enmascaradas de grises.

 

Porque ya todo parece hecho de huesos quebradizos,

arrepentidos,

arqueados,

como si fueran a disparar las flechas del disgusto,

del tedio, del desamor.

Amarillo de una bandera que

nadie sabe a qué país pertenece.

 

Son sensaciones, más que colores, que me rondan,

ondulantes.

Como si alguien hubiera creado otro universo.

Otros planos de la realidad, donde estamos atados y condenados.

Y los párpados obedecen a esos signos.

Y los ojos ya no se deleitan con la naturaleza.

El rojo del entusiasmo anda perdido

y las novedades se acobardan bajo las uñas.

 

Todos se refugian en sus nombres.

Todo tiene un precio tan exacto,

que llega a dar asco.

Juntamos entusiasmo hasta para poder abrazarnos.

Para romper la cáscara dura de los silencios.

Un día, las sombras huirán de nuestros cuerpos

dando gritos de pavor.

La luna se caerá desde lo alto.

Y el sol dejará de ser redondo.

 

Autor: Julián Rojas.

Derechos Reservados de Autor bajo responsabilidad del mismo.

 

 

EL VIENTO AZUL AZOTA MI CARA.

EL VIENTO AZUL AZOTA MI CARA.

A siete años-luz de distancia,

rota la escafandra,

el viento azul azota mi cara.

Hay fuego por todas partes.

Son unos gases densos, sulfurosos.

 

Y a pesar de los tres soles inmensos sobre el cielo,

hace un frío de los mil demonios.

Todo esto ya lo vivió Dante, según recuerdo,

pero sólo en el papel arrugado de su ilusión.

Para mí, en cambio, es la brutal realidad.

 

Y no puedo volver.

No hay nave ni velas que desplegar,

ni siquiera unos remos.

Sólo el inmenso bostezo azul del cielo.

Y este silencio,,,este silencio que ahoga.

 

Y, luego,

tenerme a mí mismo, como única compañía,

lo que es poco.

Oh cuán inservibles son mis manos!

Y qué inútiles mi frente, mis piernas,

mis nervios, mis sienes.

 

Veintisiete.

Es un hermoso día para morir,,,

¡aunque tan lejos de casa!

 

Para devolver los tres

tesoros que me fueron confiados

( y en los que fracasé ):

el alma, el amor y la carne.

 

 

Autor: Julián Rojas.

Derechos Reservados de Autor bajo responsabilidad del mismo.

DIARIO DE-BIDO.

DIARIO DE-BIDO.

Sucede que a mis amigos

les da vergüenza que yo sufra

( que yo sufra en mis poemas ).

 

¡Vaya qué sensibilidad la suya!

Todo el mundo, y hasta el mundo macho de hoy,

se preocupa más de cómo huele y cómo se peina.

 

¿No tiene derecho cualquiera a sufrir y a escribir,

a traspasarle al lector sus propios sufrimientos?

Antiguamente, nos enteramos de las vueltas que se dio Neruda,

con Matilde, escondiendo su amor en Capri, la isla de los césares,

para no herir a la noble de "La Hormiguita".

( ¡Ufff, casi digo "Margarita"! ).

Y Neruda, no por eso, fue menos macho.

 

A veces, son las páginas las que sobran

a las palabras.

A veces, los corceles andan detrás de la pista.

Y hay arenas ardientes que darían

cualquier cosa por dejarse escribir.

Llevan miles de años esperando, y se topan con puros analfabetos.

 

Hay dolores huérfanos dando vueltas por allí

buscando unos ojos más huérfanos todavía donde manifestarse.

Y cuando uno, con su perspicacia de siempre,

los encuentra en su propia cara...,lo acusan de débil, de cursi.

Ocurre, a veces, que las aguas sobran a la sed.

 

Todavía no he sabido

dónde se entregan los títulos al poeta ( ¿Será sólo en la Sech? ).

Como el pobre ignora quién diablos lo convirtió en pobre;

a diferencia del rico, quien conoce a fondo sus maldades

y su exhibicionismo,

sus excentricidades de peluca amarilla.

 

Pues bien, para que nadie salga pelándome,

declaro que esto no es poesía,

sino un diario de vida ( debido ), disfrazado de ella,

así como hay hombres que se disfrazan de mujeres

¡vaya a saber uno por qué!

Y, al revés; mujeres hay que se les derrite la boca

por dormir abrazadas con otra.

 

Si en mis versos aparece un león

con cara de león y garras de león,

pero que mueve manso la cola, y dice "¡Guauuu!", en vez de "¡Grrrr!",

perdonadme tal desatino.

Puede ser que sea un capricho mío.

O un capricho del perro travesti que quiso disfrazarse de felino.

 

Vivo en medio de un mundo confundido.

La Luna se cree Sol. El Sol se cree Luna.

Hay algunos que opinan que el Paraíso queda en Puerto Varas;

otros, en Castro.

No conozco Castro,

así es que no podría opinar.

 

Hasta el mouse del computador se ha vuelto loco:

me está reclamando un pedazo de queso,

y se niega a trabajar.

Mi café, a las nueve y cuarto, tiene un sabor horrible.

Tiene el sudor de las manos esclavas que lo arrancaron de la tierra,

hoja a hoja, en los cerros revolucionados de Colombia,

y el de los que las molieron para encadenarlas a una lata.

 

Lo que pasa es que estamos acostumbrados

( otra vez Neruda, Darío y Vallejo )

a los poemas redondos y brillantes como el sol.

Pero yo os aseguro, no sólo de que el sol se está muriendo,

que también hay poemas rotos, despedazados de pena o de dolor,

inconclusos como una sinfonía,

como el del pie que no logró atravesar el invierno.

Y que alcanzó la inmortalidad.

Todo el mundo lo sabe, menos los periodistas.

 

O como el de cierto hombre, que nació como hombre

y destinado a ser un hombre,

y que no vio otro porvenir

que el de arrojarse por el borde de un puente

...hacia las fauces oscuras del futuro.

Sólo los periodistas lo saben, y lo ignora el resto del mundo.

 

 

Autor: Julián Rojas.

Derechos Reservados de Autor bajo responsabilidad del mismo.

 

 

 

HABRÁ UN MUNDO AZUL,SOMBRÍO...

HABRÁ UN MUNDO AZUL,SOMBRÍO...

Habrá un mundo azul, sombrío, muy lejos,

más allá de todos los astros conocidos,

donde alguien como yo, tendido en su cama, fuma, pensando

si habrá o no otro mundo

igual o semejante al suyo,

con un ser sensible envuelto en humo.

 

Y habrá un espacio entre los dos mundos,

cierto, totalmente muerto, inevitable; donde no sucede nada,

como una noche eterna sin aurora,

donde los sueños y los telescopios y las esperanzas fracasan,

no como un punto final,

apenas como un punto y coma en la Oración.

 

Si la vida es según el color del sol que nos alumbra,

donde el nuestro ya está hastiado de mirarnos,,,

nos volvemos viejos, amarillos y amargos,

pensando sólo en nosotros mismos:

idolatrando el oro, la vanidad, la mentira y el orgullo;

las cifras toscas de que estamos hechos.

 

Y hay un solo Dios en medio del Todo,

ahora mismo, con un gran dolor de cabeza

y sin un médico a mano. Sin una farmacia,

como a nosotros nos sobran en cada esquina.

Un dios magistral, un Dios Padre y Hermano Mayor,

un director de orquesta que dirige

los vientos, las maderas, los metales de nuestro destino.

Y no le gusta lo que ve.

 

Si quisieras comprenderlo mejor,

recuéstate en tu cama, escuchando Carmina Burana, a todo volumen,

dejándote llevar por los efluvios,

y permítete una vez más soñar con Dios y con ese otro mundo;

con el desconocido que fuma en la distancia.

Ése soy yo.

Azul, solitario, sombrío.

 

Aunque, en verdad, tu mundo queda

a muy pocas cuadras del mío.

 

 

Autor: Julián Rojas.

Derechos Reservados de Autor bajo responsabilidad del mismo.

 

 

 

YA NO QUIERO NI PENSAR.

YA NO QUIERO NI PENSAR.

Ya no quiero ni pensar

y no sé por qué me he levantado hoy tan temprano

dejando atrás los monstruos buenos del sueño,

más dulces que todos los humanos;

olvidándome de la helada corbata, en el closet.

 

El cocodrilo persigue como siempre a la mariposa

en el frenesí de la madrugada

y esta vez creo que sí la alcanzará...

salpicando el mendrugo de mi pan de mil colores.

No, no debe necesariamente ocurrir así.

Estoy releyendo "Las Crónicas de Narnia",

y pienso que su magia traspasa la pared, y me altera.

 

El teléfono seguirá mudo.

Y tú atada a tus asuntos legales.

Terminarás teniendo una aventura con el abogado,

y mi próxima novela hablará de aquello.

Pero no te preocupes, me volverán a rechazar los editores

y será un secreto entre los tres.

Yo me pondré bajo el arco, como siempre,

y la desgracia pateará los penales.

 

Terrible, enfrentarse a la taza de café, tan temprano,

bajo la pálida y amarilla luz de febrero,

cuando uno desconfía hasta de su propia sed,

y ya no cree en nada. Menos en abogados.

Y el gusano que se arrastra por la pared, puede ser cualquier cosa,

hasta el abuelo de uno, menos un gusano.

 

O puedes ser tú, vestida de mariposa,

que vienes a visitar al huérfano escritor, como cada viernes,

como magnífica almirante,

...siendo que hoy es lunes.

¿O será el muy simpático Rípichip, el jefe de los Ratones que Hablan,

dispuesto a sacrificarse conmigo

en un acto de gloria?

Rípichip, que desdeña como yo la rutina de las abejas,

el flojo filo de los sables inútiles

y los carámbanos de hielo de la Luna, por demasiado lejos.

 

Ah, ya no quiero pensar en nada!

Y bajo las sombras del plenilunio,

escribo estas notas sin esperanza alguna, mientras fumo.

Fumo todo el veneno del presente y del futuro.

El aire es deliciosamente vicioso, mortal y oscuro,

como cuando tú no vienes a verme,

o como la bodega profunda y lóbrega de un barco.

 

 

Autor: Julián Rojas.

Derechos Reservados bajo responsabilidad del mismo.

 

 

MUNDO EN DESBANDADA.

MUNDO EN DESBANDADA.

A pesar de que volvió el rojo a tus labios

después de besarte,

y ayer fuimos una linda tarde,

el mundo moderno está en desbandada.

Las nubes huyen del viento

como las manchas negras del lomo de un dálmata.

La desnudez de la mujer arranca de la piel

bajo el sol,

el que huye a su vez despavorido de los trópicos,

como desde los barrotes tristes de una cárcel.

 

Los recuerdos se retiran de los libros, de los mapas

y todo vuelve a ser oscuro, anónimo, medieval.

Habrá que ponerle nombre a las estrellas y a las rosas

para que no se extravíen en el cielo del jardín.

Habrá que bajar a los pozos, a las minas, a las raíces

y buscar en la sustancia de las cosas. Y esquivar la ola.

 

Pero Abraham está lejos, y más lejos todavía Noé.

No sabemos qué hacer con los caligramas,

con ese aeiou de letras como rejas violentas;

hemos olvidado hasta de peinar a los pájaros en nuestra ignorancia.

No todo es azul, espejo, bronce,

como no todo es pan en los asuntos del hambre.

 

La linda tarde también tiene un nudo

donde los sueños podrían ahorcarse.

Y está la vaca que anda literal por el campo, mugiendo al desbande,

derramando su leche, gratuitamente.

Nos falta la barca de Pedro,

y que alguien entre sus cejas fije el horizonte.

O si no, no daremos con el fondo de la resaca,

como, a veces, no da el toro con su cabeza.

 

¡Y qué....

si pasamos de largo!

 

 

Autor: Julián Rojas.

Derechos Reservados de Autor bajo responsabilidad del mismo.

SALUD, CAPICUA.

SALUD, CAPICUA.

¡Salud, capicúa,

estornudo mental donde se resuelve el cuerpo,

devolviéndose!

Voy,

de rebote en rebote,

comprobando la calidad de los espejos.

...Por aquí pasó Alicia,

siento el temblor menudo de sus gatos subalternos.

 

En alguna parte gotea mi sien

hasta llegar a sólo noventa.

Cualquier cosa puede suceder en un miércoles;

hay que estar alertas en la proa de las cosas.

 

Fumar por la blandura de la mandíbula, bien,

en español, de repente,

todo el aire contenido como en un frontón

donde uno rebota, y esperarte, bebiendo

estas gotas del nectario de la botella que amarillea en el fondo

tan oscuro de la garganta cuando se está solo.

 

Ser y, al mismo tiempo, perecer

de todo espanto.

Ser ardilla y nuez, salto

del ojo del pez en la ampolleta encendida tantos años

que,

de tan vieja, ya no es, como los mapas que renegamos.

 

¡Salud!

No como una fórmula química.

Salud, del envase y del envión

del silencio que nos a-cosa,

moscardón dorado al atardecer;

crepúsculo ensayándose a sí mismo en el temblor de mis ojos.

Maravilla del número,

prisionero de la continuidad.

Dios (dos) engarce(s) perfecto(s).

 

Autor: Julián Rojas.

Derechos Reservados de Autor bajo responsabilidad del mismo.

EN LAS RIBERAS DEL SUEÑO.

EN LAS RIBERAS DEL SUEÑO.

¡Ay, ay! Mucho me temo

que no tendré golondrinas

para llenar mi boca de estupor en esa hora.

Lo sé, lo sé,

porque esta noche en que lo sueño

anticipadamente,

no puedo dormir del lado del rostro

donde me baña la luna llena,

y siento moverse en un agua negra de angustia

el pez de mi alma

...que mañana los médicos me harán vomitar.

 

Llueven sobre la tierra,

como trenes oxidados,

antiguos señores que andan a caballo

sin flor ni rumbo

sobre el camino abierto como una vena,

mientras el silencio hiela por fuera

lo mismo a las zanahorias que a las hortensias;

cuidarse, entonces, es sólo una

inútil armadura

que ha inventado la ciencia

para conformarnos en la espera fatal.

 

Mucho me temo, mucho me temo

que el sueño no es más que un anticipo de la muerte,

sin herraduras.

Y duele y duele la almohada

que han puesto bajo nuestra piedra.

 

 

Autor: Julián Rojas.

Derechos Reservados de Autor bajo responsabilidad del mismo.

 

 

CAE UN PIANO DEL CIELO.

CAE UN PIANO DEL CIELO.

No sé exactamente lo que está pasando.

Cae un piano del cielo,

se estrellan ángeles en los árboles,

se derriten de calor las palomas.

Pero las olas del mar siguen llegando ordenadas

como las teclas del piano,

y suenan roncas o agudas como ellas,

como tocadas por las manos invisibles de las hadas.

Debe ser el hambre, la soledad, la falta de cariño

con que ha comenzado para mí, una vez más, otro año.

Nada de lo que pasó ayer me dejó definitivamente contento;

mis planes quedaron a medio hacer,

como si los roedores de la oscuridad se hubieran comido los colores

del estandarte de la alegría en la fábrica;

tengo la boca amarga de tantos sinsabores.

 

En la pieza vecina a la que arriendo,

y por la que pago casi la mitad de mi sueldo,

a esta hora tan calurosa de la tarde, dos se matan

haciendo el amor con tremendos aullidos de guerra.

Del techo cae el polvo más antiguo,

caen legiones de polillas muertas y de arañas;

menos mal que tengo las manos y la mente

ocupadas en escribir, redimido de aquellos fuegos,

o, de lo contrario,

iría a arrojarles una jarra de agua fría

o a asesinarlos.

 

El resto de la tarde es un silencio casi estúpido,

casi túnel ciego de pájaros,

vías férreas de tren anónimo,

playa de otro planeta inexplorado.

Y eso es todo lo que hay.

Tengo adormecido el canto de mi mano izquierda,

como si allí estuviera escondido el otro rumor del mundo,

los mares de un retrato al pastel,

la trouppe de hormigas que duermen a esta hora su inocencia.

Supongo que el planeta seguirá redondo.

Que tú estás donde estás.

Que las hojas van y vuelven contra el viento.

Que sueñan los murciélagos en sus remotas cavernas.

Que confabulan algo las enfermedades dentro de mí,

sin que yo las sienta.

Es el sonido invisible del primer día del año.

Es como Dios enmascarado

que viene a darse una vuelta por aquí, como el arquitecto

que recuerda los anochecidos planos del Paraíso,

y el viento que siento soplar es su orgullo de padre.

 

El resto de la tarde es una cáscara vacía;

un pájaro muerto.

 

 

Autor: Julián Rojas.

Derechos Reservados de Autor bajo responsabilidad del mismo.

 

SALUDOS A MIS LECTORES.

SALUDOS A MIS LECTORES.

AGRADEZCO A MIS ESTIMADOS Y FIELES LECTORES EL VISITAR MI BLOG Y APROVECHO LA OCASION DE LA FINALIZACION DE ESTA ETAPA, PARA DESEARLES A UDS Y SUS FAMILIARES UNAS HERMOSAS Y TRANQUILAS FIESTAS DE FIN DE AÑO , Y QUE EL 2009 LES SEA PROSPERO EN TODOS SUS PROYECTOS PERSONALES,FAMILIARES Y LABORALES O DE ESTUDIO.

AVATAR.

AVATAR.

Tinta que gotea del estribo

caballo sudado del amanecer

cuando todas las horas son una

mi corazón una daga

clavada en el pecho

aunque a nadie menos a ti

pedí tal milagro

 

Me conservo vivo en el clamor de la sangre

porque todavía laten las letras incógnitas del tintero

y se alarga el camino

en mi corazón escucho herraduras de plata

cómo no volveré enfermo

a pesar de que me lo advirtieron

sabia cabalgadura exacta

 

Habría que encontrarte un nombre

áspero

como blasfemia

los cuatro cascos inválidos del destino

te impacientas por desensillarte

por tu heno

por tu pesebre

por tu balde de agua

feliz tú

en mi apuro no tengo a nadie

 

Sólo la tarde al acecho

de mi pobre sombra que cabalga

 

 

Autor: Julián Rojas.

Derechos Reservados de Autor bajo responsabiidad del mismo.

NO VENDRAS SINO TARDE, SI VIENES.

NO VENDRAS SINO TARDE, SI VIENES.

No vendrás sino tarde, si vienes,

a cosechar los retratos maduros de la pared,

que ya no tendrán quien los limpie

ni a la sombra de qué cuerpo descansar del sol.

Te asegurarás de que así sea, llamándome antes,

y cierta de que no responderá el teléfono

con su frío monóculo de silencios.

Entonces, avara o curiosa, buscarás entre los detalles

la pequeñez insigne de los alfileres,

las motas desprendidas de mi ropa,

los ecos de mi voz que por allí quedaron

circulando inválidos.

 

Querrás borrarlo todo, como la anti-historia:

el latido de los relojes sin sus cuerdas,

el paso fugaz del tiempo sobre tus ojos adormecidos,

las mentiras que esmaltaron los vidrios de la ventana,

el remolino feroz de lo que nunca se dijo

y las fórmulas químicas del vacío.

Disolviendo los recuerdos en un conjuro

¡oh si se pudiera! ¡Si fuese así de fácil, contra el carmín de tus labios

y el de la aurora!

 

No sé qué harás con mi almohada que ya no respira.

La romperás con la furia de tu celo,

convirtiéndola de nuevo en tela y en plumas.

No develará ningún secreto el sopor de la mañana,

cuando hurgues con tus uñas largas entre mis cosas.

Ni menos el silencio que me llevé hace horas,

goloso,

a mi descanso eterno, para mí solo.

 

Darás la última mirada al torbellino del instante,

y cuando salgas,

estarás más vacía y más blanca que nunca,

como los carruseles sin niños, cuando llueve.

Extraña, como siempre te sentiste.

Demasiado diáfana ya

para mi barro exiguo.

Descalza de pies a cabeza.

 

Siempre por encima de mis hombros,

sólo tu vida real era más pequeña que mi palabra,

pero inaccesible.

Discutíamos,

si existen los tréboles de cuatro hojas,

sobre quién se moriría primero.

Discutíamos,,,,en vez de besarnos,

¡oh tierra tierna y roja, y nunca mía!

Y ahora estás temblando por el resultado.

 

Tan bella, como el vestido que te has puesto.

 

Y mientras yo me estiro

a todo lo largo del destino, con los pies fríos,

entre las sombras elásticas,,,,

sin saber si vendrás a visitarme,

si sólo mi pieza itinerante será tu parada,

curiosa, prosaica tú,

limando tus uñas conventuales,

pensarás qué hacer a la hora del almuerzo.

 

 

Autor: Julián Rojas ( Héctor Cordero Vitaglic )

Derechos Reservados de Autor bajo responsabilidad del mismo.

 

 

 

 

 

SINFONIA DEL SUEÑO.

SINFONIA DEL SUEÑO.

Tu ombligo anda perdido desde anoche

en medio del arroyo de los peces dormidos,

dorados, delicados, con sus agallas de vidrio,

hermosos como los gatos de la aurora,

esbeltos, elásticos como los tigres del agua.

 

¿Dónde estará tu sueño desnudo,

tu sueño como una selva impenetrable,

tu sueño que detiene mis propios rugidos?

¿Detrás de cuál de todas aquellas puertas

selladas por las espaldas del silencio?

 

La aurora llegará como un gato cauteloso, como un tigre,

una estrella que enciende el acuario, llenándolo de luces.

Y alguien apretará el botón de tu ombligo:

se echarán a correr las cosas lindas del día.

Aunque la selva siempre guardará una moneda oscura,

un camino falso, un desvío, para perdernos.

 

Cuando escucho la sinfonía de tu sueño,

por un zarpazo no logro dar con la nota exacta.

Se me queda atravesado en la mirada el arco de un violín,

el ondulante lomo de un gato.

Soy hosco, porque no duermo como tú, mientras vigilo,

mientras espanto las arañas de tu sueño.

 

Mi cuerpo pesa el doble del tuyo, y no es azul,

por fraguar tu nombre en los metales, en las metáforas.

Temo que despiertes, por culpa mía, anónima,

como el agua llena sólo de cristales informes.

 

Cuando se gasta la sinfonía de tu sueño en la suela

de mis zapatos,

y la luz del otro día adelgaza mi camisa

y la pesadilla de anoche aun eriza mis cabellos,

pese a estar más despierto que un puente.

 

 

Autor: Julián Rojas ( Héctor Cordero Vitaglic ).

Derechos Reservados de Autor bajo responsabilidad del mismo.

¡¡¡GUAUUU!!!

¡¡¡GUAUUU!!!

La lengua, originalmente, era una serpiente

que no alcanzó a ser tragada por el primer alumno,

en cuanto sonó la campana para salir a recreo,

fueron creados la estampida y el chillido, al mismo tiempo

que los vendedores de turrón, tras los barrotes.

 

Ya las calles del Paraíso estaban llenas de parquímetros

y tomadas a la fuerza por los cuidadores de automóviles ( todos chilenos ),

doscientos mil años antes del advenimiento

de estos fatales juguetes de caucho, plástico y metal.

 

Pasando a otro tema, para no aburrirlos,

nos alumbraríamos con la luz de los tomates, si fueran transparentes,

si fueran más valientes y francos, como nuestros actuales legisladores.

Cuando me lanzo al mar, temo

que el océano cierre sus brazos y no me reciba,

o que, en tanto tiempo transcurrido, me haya olvidado de nadar.

 

Que se hundan las olas como los sumergibles

bajo el peso de mis abismos.

Se manchan de sangre todas las cosas, como en la primera mañana,

cuando no sabían ellas qué eran y para qué servían.

El aire se ahogaba entonces al ser respirado

y sonaba en las narices de los hombres

como una cañería llena de moho.

 

Dios tuvo que atajar las primeras noches

para que no pasaran de largo manchando los días,

y después borró diligentemente el pizarrón de sus cálculos matemáticos,

antes que el hombre aprendiera a leer, acuciado por el Diablo.

 

Esta manera que tengo de esperarte sentado al fondo de los siglos,

mientras te demoras una eternidad, como Eva, en peinar tus cabellos.

Y la tierra cabecea de sueño

al dar la vuelta a la esquina más remota, como un trompo.

 

Este silencio que adelgaza mi suspiro

sin necesidad de gastar dinero en gimnasios.

¿Todavía pertenezco al equipo titular de tus hinchas

o seguiré haciendo banca eternamente?

No soporto el tamaño de los retratos

ni los latidos del reloj a estas altas horas de la madrugada,

cuando hasta los murciélagos se mueren de sueño.

 

Dios mío, van a ser las dos,

yo que le prometí a ella toda la fidelidad

del disco y del fonógrafo,

y estoy desnudo bajo mis máscaras para lograr bucear.

Que no me vaya a equivocar de dirección

ni de puerta ni de escalera

al huir del incendio de tantas tentaciones.

Permíteme, eso sí, ganar un sueldo más elevado

para alcanzar a oír el canto de los pájaros .

 

¡¡¡Guauuu!!!

Si ya me condenaron a no ser poeta,

necesito aprender urgentemente a ladrar como un perro

para ganarme los peniques en alguna feria.

¿Cómo es que lo eterno alcanza a salvarse en el momento en que agonizamos?

Lo eterno es como un capitán al revés:

nos hunde a todos en su barco mientras él se salva.

¿Será que Dios tiene miedo de ahogarse?

 

No es la verdad.

Todo se debe a que estoy solo y que es tarde.

Que tengo un agujero enorme en el zapato,

que ya asoma en mi fe.

Que la playa no está donde debiera estar,

ni para desembarcar ni para el abordaje,

y se satura el aire de las sulfurosas astillas de la realidad.

El sueño es como estar borrachos sin haber bebido nunca

sino del vuelo de las mariposas nocturnas,

y la muerte, es como una enorme viña morada.

 

 

Autor: Julán Rojas.

Derechos Reservados de Autor bajo responsabilidad del mismo.

TENDREMOS TANTAS COSAS QUE CONTARNOS.

TENDREMOS TANTAS COSAS QUE CONTARNOS.

Entre dos neuronas hay la misma distancia que entre dos estrellas.

Yo quiero cantar lo que no sabemos de nosotros,

todo lo que somos de astros lejanos y de bestias ardiendo,

de aquello que ahora mismo viaja

en dirección opuesta a nuestros sentidos, al tomar la micro o al comprar el diario.

Esa atmósfera azul de tierra que tiene lo distante

con un paisaje hecho de árboles y de nubes, pero igualmente de relieves geométricos.

 

La canica de vidrio de la infancia que rodó de un lóbulo al otro,

y que buscamos vanamente en nuestra memoria, ante el siquiatra.

El viejo oficio de magos que olvidaron nuestras manos

para deshacer las nubes de los horrores.

No sólo nombrábamos a los pájaros, sino que los hacíamos volar!

Ahora, apenas, nos conformamos con el esqueleto de nuestra imaginación.

¡Es hora de volver al aire, de donde somos!

 

Hasta ahora hemos viajado hacia afuera, hacia las fórmulas de cada cordillera,

en el sentido de las máquinas,

y como si fuéramos sus hijos, y no al revés.

La luz de los astros más lejanos se esconde en la raíz de nuestros cabellos.

Somos padres, os lo aseguro, de cada islote de oscuridad

que alumbran nuestros miedos.

Mujer, tú has sido el enigma anunciador,

el Mississippi, el gran Nilo que nos ha desviado de curso,

el Amazonas de nuestros delirios mutantes.

Cuando vuelvas a vestir tu traje de madre astronauta,

viajaremos de regreso a los confines del misterio. Volveremos a casa.

Ya sabemos todo lo que hay que conocer del nido.

Hay que explorar ahora lo que el infinito tiene de pájaro.

No están más alejadas dos estrellas que dos neuronas.

 

Que broten golondrinas desde la boca de los cañones inservibles

y de los brazos mudos de las estatuas salgan caballos al galope.

Hay que cantar todo lo que desde siglos nos anunciaban los naipes.

El hombre como un espectáculo en sí mismo.

El hombre que hace maravillar a Dios, ¡imagínense!,

y lo despierta de su gran letargo como a un viejo leñador.

Devolvernos, abrazados a El, a nuestra aldea,

donde nos esperan vivos nuestros abuelos.

 

El cielo no será más que un tablero de dominó o de ajedrez,

y cambiaremos a nuestro antojo el orden de los astros.

Que al día de mañana siga el de ayer. Será lo más fácil.

¡Oh tendremos tantas cosas que contarnos

sin ya ese barro opresor de las palabras ni del anillo de compromiso que es la garganta.

Será una conversación que jamás acaba entre hermanos

que no se han visto en siglos,

como la que tiene en su soledad el sastre con las agujas.

Y la continuidad asombrosa del hilo, al desgajarse de la montaña,

dejando desnudas las vertientes de las ovejas.

Y cómo ahora los lobos deben alimentarse de flores.

 

 

Autor: Julián Rojas.

Derechos Reservados de Autor bajo responsabilidad del mismo.

 

 

 

 

TROYA.

TROYA.

En esta guerra de amor de nuestros dos sexos,

me declaro perdedor.

Los tiempos ya no están para epopeyas mayores,

ni mucho menos para caballos de madera.

 

Anda a encender las hogueras en el templo de Lesbos,

y grita a los cuatro vientos que Paris es un cobarde.

Que repruebo la cama king size que tú compartes con el enemigo

después de amarnos en las sábanas del dolor.

Que no visto ropa de marca.

Que sólo gano el mínimo, y sin aguinaldos.

Ni tengo un predio lleno de sol y de pájaros.

 

Es más. Hace veinte años que no recibo un premio literario,

y hasta bostezo mal.

Que todo mi itinerario, como mi vida entera,

ha sido un fiasco.

 

Bueno, la verdad,

tú tampoco eres la Helena que soñé.

Y en este caso es mejor ser un buen perdedor que un mal ganador.

Se quedarán vacías las copas en nuestras manos,

se derretirán los hielos de los polos.

Aunque no creo que esto sea un problema para los tunantes.

 

No creo que después de nosotros venga el Apocalipsis.

Pero, por las dudas, cuando me veas rondar por tu barrio o nos crucemos en la ágora,

échame a los perros de tu rencor,

ordena a tus esclavos negros que me apaleen.

Lo tengo bien merecido, por atreverme a amarte ganando sólo el mínimo.

Será como en un concurso literario.

En las guerras de papel, el nombre del ganador ya es conocido por todos desde antes.

 

 

Autor: Julián Rojas.

Derechos Reservados de Autor bajo responsabilidad del mismo.